Prismaglobal

SIN DEJAR DE MOVERNOS!

Vivimos tiempos en los que no podemos dejar de movernos. Nuestro entorno es cada vez más cambiante y tenemos que adaptarnos a estos cambios y afrontarlos continuamente con nuevas REspuestas, REinventado nuestra forma de hacer, de pensar, de construir nuevas propuestas. Necesitamos movernos, sin duda, pero cada vez más, necesitamos hacerlo de una manera eficiente, respetuosa con nuestro entorno y REntable, en el sentido más amplio de la palabra.

Hace pocos días leíamos en una noticia que un ciudadano que viva a unos 45 minutos en coche o transporte público de su lugar de trabajo emplea 14 días de su año laborable en desplazarse a la oficina. La cifras, a veces, ayudan a acotar la dimensión de los problemas y esta, nos aporta una clara visión de uno de los retos a los que se enfrentan miles de empresas y trabajadores hoy en día: la movilidad sostenible en el trabajo.

Un reto que algunas empresas e instituciones ya han empezado a afrontar pero que otras muchas ni siquiera lo tienen en cuenta. Gestionar de manera sostenible la movilidad interna de una empresa influye de manera directa en la mejora de su rentabilidad, tanto económica como de posicionamiento. Entre otros aspectos, puede rebajar el absentismo laboral, mejorar el rendimiento y eficiencia de la platilla, incrementar la conciliación familiar, disminuir los accidentes en intinere, reducir la huella de carbono y, de esta manera, contribuir a la lucha contra el cambio climático. No olvidemos cerca de un 70%  de los gases de efecto invernadero que se generan en las ciudades son debido al tráfico motorizado. Los beneficios son evidentes, pero ¿por qué no se han extendido los planes de movilidad en empresas en nuestro país como lo ha hecho en otros países europeos?.

Las razones son muy variadas: falta de una legislación específica que fomente su implementación, falta de concienciación y sensibilización sobre la dimensión del problema de la movilidad en las empresas, cultura imperante del uso del vehículo privado en nuestras ciudades o el urbanismo disperso que ha caracterizado los crecimientos urbanos en España en las últimas décadas, que ha propiciado un deslocalización de los centros de trabajo fuera de las ciudades, entre otras.

Frente a estas razones, cada vez toma más peso una realidad  que lleva a muchas empresas a plantearse este problema desde una nueva perspectiva, a REpensar su movilidad de una manera sostenible y, a hacerlo, teniendo en cuenta todos los grupos interés implicados en el problema, especialmente los trabajadores, porque este es un reto colectivo que se construye a través de la suma de retos individuales. Evidentemente, teniendo en cuenta previamente aspectos tan fundamentales como un adecuado diagnóstico de la situación de partida y, sobre todo, comunicando y sensibilizando a los impulsores del cambio (trabajadores, ciudadanos, etc)

Esto es lo que hemos hecho en Prismaglobal, REflexionar sobre nuestro Plan de Movilidad Interno para darle un impulso, para incrementar su REntabilidad y por eso, desde hace algunas semanas, hemos traducido nuestro reto colectivo, reducir nuestras emisiones de CO2 derivadas de nuestros desplazamientos en un 15% para 2020, en retos individuales de cada uno de nosotros que cada mes se contabilizan y se visualizan en nuestro particular ranking de movilidad sostenible. Algunos han cambiado un día a la semana su coche por el tranvía, otros han comenzado a compartir su vehículo, los hay que han recuperado su bicicleta, también otros han comenzado a trabajar desde casa un día a la semana, etc. Cada uno se ha planteado su reto individual, para entre todos conseguir el colectivo. Construcción compartida para aportar nuestro granito de arena en la lucha contra el cambio global pero también para mejorar nuestra REntabilidad como empresa, reduciendo costes directos, mejorando nuestra conciliación familiar y laboral, incrementando nuestra eficiencia y rendimiento y , sobre todo, predicando con el ejemplo. Un ejemplo que nos sirve para ayudar a implementar, comunicar y sensibilizar sobre planes de movilidad sostenible en empresas, ciudades, escuelas o polígonos industriales. Sin dejar de movernos, pero haciéndolo desde la REcomunicación!!!

A estas alturas de la película nadie cuestiona que mejorar la movilidad es uno de los REtos más importantes a los que se enfrentan nuestras ciudades. Los problemas de congestión de tráfico, además de los habituales atascos, generan graves problemas de contaminación e incluso de eficiencia energética. Hasta aquí todo el mundo parece estar de acuerdo.

Ahora bien, ¿cómo afrontar este tema y buscar soluciones reales y concretas? Porque no es sólo que el coche haya ido conquistando terreno en nuestras calles, sino que le hemos convertido en el único vehículo que parece tener derecho a circular por la calzada. No sólo es que haya que construir infraestructuras para la movilidad ciclista, sino que no existe una cultura del uso de la bicicleta como medio de transporte. No sólo es que ha llegado el momento de recuperar el espacio para los peatones, sino que se deben desarrollar políticas de convivencia entre las distintas maneras de moverse en la ciudad, apostando de verdad por una movilidad sostenible. Y aquí parece ser que no todos estamos de acuerdo en cuáles pueden ser las mejores soluciones. Además, como en toda política pública, nos encontramos en un terreno repleto de intereses, presiones, escasa escucha y debate o, incluso, falta de visión y didáctica.

Desde Prismaglobal creemos que, al margen de cómo sea el terreno de juego, en todas las posibles soluciones el uso de la bicicleta juega un papel muy importante como forma habitual para desplazarse por la ciudad. Tanto en su uso privado como a través del fomento de la bicicleta pública.

Los ejemplos de ciudades como Copenhague o Ámsterdam, donde los desplazamientos en bicicleta superan el 30% del total, ponen en evidencia la idoneidad de este medio para movernos por las ciudades. En la última década, algunas ciudades españolas también se han “subido a la bici”. Unas con más éxito que otras. En casi todas se puso de moda tener un sistema automático de alquiler público de bicis. Durante una época parecía que si una ciudad no tenía implantado un sistema de estas características no era “sostenible” ni “smart” ni «cool». De esta manera, hemos visto con demasiada frecuencia casos de municipios con sistemas públicos fruto exclusivamente de intereses privados. Sistemas más cercanos a la explotación publicitaria que a la apuesta real por desarrollar un buen plan municipal de movilidad sostenible. Vamos, eso que a algunos se les da tan bien hacer: empezar la casa por el tejado.

Frente a estas realidades, también tenemos ejemplos de sentido común e inteligencia a la hora de potenciar el uso de la bicicleta. Este es el caso de Vitoria-Gasteiz, la actual Capital Verde Europea. A pesar de que fue la primera ciudad en España en instalar un sistema de bicicleta pública en 2004 (manual), se ha resistido a incorporar un sistema automático hasta no diseñar un modelo integrado e intermodal. Un sistema que permita colocar a la bicicleta en el rol que le corresponde: ser un verdadero medio de transporte.

Fruto de un completo Plan de Movilidad y Espacio Público, que en menos de un lustro ya está transformando la movilidad de la capital vasca. Una de las pocas ciudades que puede presumir de haber disminuido el uso del vehículo privado hasta un 12% según los últimos datos, y casi triplicado el uso de la bicicleta en los últimos cuatro años.

Mientras otras ciudades implantaban nuevos servicios automáticos de alquiler de bicicleta que vendían a bombo y platillo, Vitoria-Gasteiz prefirió mantener el sistema manual, trabajar en el desarrollo de un Plan Director de la Bicicleta y estudiar la evolución de los nuevos sistemas antes de dar el cambio. Desde el primer momento, los técnicos del Ayuntamiento tuvieron clara una idea: el nuevo sistema de alquiler de bicicletas tenía que formar parte de la red de transporte público de la ciudad. Es más, debería estar plenamente integrado en ella, debía ser intermodal. Un sistema que permitiera usar la bici, el autobús o el tranvía con la misma tarjeta. Un sistema que generara valor a la ciudad. En definitiva, un sistema «inteligente».

En Prismaglobal hemos sido testigos y actores de todo este proceso. Dentro de nuestra línea de gestión de servicios de proximidad, hemos gestionado el sistema manual desde sus inicios. Hemos realizado campañas de comunicación para el fomento del transporte público, como la campaña «Yo me subo, merece la pena», que ha obtenido varios premios nacionales y europeos. Hemos diseñado varias campañas de promoción del uso de la bicicleta privada, y durante años también hemos viajado, participado en foros y estudiado muchos sistemas y tendencias.

Pero sobre todo, lo que hemos hecho durante estos ocho años ha sido aprender mucho de los técnicos del Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Un equipo de profesionales que trabajan en «la res» pública desde su más pura esencia, y que cuentan con un merecido y reconocido prestigio nacional e internacional. Gracias a la confianza que durante años han depositado en nosotros hemos ido evolucionando y mejorando cada día.

Entre otros frutos de esta evolución y aprendizaje, pudimos presentar una propuesta que resultó ganadora para la gestión del nuevo sistema automático de bicicleta pública. Oferta que elaboramos junto a nuestro nuevo socio, la compañía catalana experta en transporte público, Moventis. Con el sistema del canadiense Public Bike System, que ya ha instalado sus bicicletas por ciudades como Montreal, Nueva York, Boston, Chicago o Londres.

Un sistema adaptado a la demanda solicitada por el Ayuntamiento y a las necesidades y características de la capital vasca, que permitirá a Vitoria-Gasteiz ser la primera ciudad en el mundo en incorporar la bicicleta a su sistema de transporte público, de manera integral e intermodal. Más de 450 bicicletas y 50 estaciones abiertas los 365 días del año, alimentadas por energía solar, pretenden dar un gran salto en la apuesta por una movilidad sostenible de verdad.

Todo un REto y ejemplo de cómo se puede REpensar y mejorar una iniciativa que en su día fue pionera en toda España. Un proyecto que hace ciudad, un proyecto RE.