
Acaba de celebrarse en Madrid el World Public Relations Forum, el foro más importante de la comunicación mundial. Dos años después del anterior encuentro en Melbourne, más de 800 profesionales de 65 países hemos compartido las nuevas tendencias y retos bajo un título más que sugerente “Comunicación con Consciencia”. Evidentemente, desde REcomunicacion no podíamos dejar de pasar la oportunidad de tener en casa a los líderes de la comunicación mundial para escuchar, aprender y compartir con ellos y, por qué no decirlo, nos movía también cierta curiosidad: ¿estaremos recorriendo el mismo camino?, ¿compartiremos visión y soluciones?, ¿los problemas de comunicación serán diferentes en otros países?, ¿alguien habrá encontrado la “pócima mágica” de la comunicación? Tres días de intenso congreso han sido suficientes para encontrar las respuestas a todas estas preguntas y alguna más. El título de este post resume nuestra percepción final: la comunicación vuelve a sus raíces para poder afrontar los cambios de nuestra sociedad.
Lo sabemos, esta afirmación puede parecer una contradicción para una profesión que se jacta de gestionar nuevas formas y herramientas que han revolucionado la comunicación de nuestro siglo. Todos nos llenamos la boca hablando de la influencia y posibilidades de los medios sociales y la necesidad de adaptar nuestras estrategias comunicativas a esta nueva realidad. Sin embargo, lo que hemos comprobado, una vez más, es que lo importante no es la herramienta sino los valores, la estrategia, la actitud con la que afrontamos nuestras relaciones con nuestros grupos de interés. Que esto de la comunicación va de relacionarse, de dialogar, de escuchar, de hacer para luego contar, de colaborar, de compartir. ¡Aleluya! Es el triunfo del sentido común, también en la comunicación.
Estos días hemos escuchado frases que nos reconcilian con nuestra sector y, sobre todo, que nos muestran que el camino emprendido desde REcomunicación es el correcto: una organización no es lo que dice, sino lo que hace. La crisis de confianza se debe a la pérdida de valores de la organización. Diálogo frente a monólogo. Generación (mejor dicho co-generación) de contenido, hay que contar historias que lleguen a nuestro público. Empresas y comunidades han de trabajar juntos. La comunicación debe ser transparente y auténtica. La marca se crea no por lo que tú dices de ella, sino por lo que los demás dicen de la marca. Hay que liderar desde la acción y comunicar desde la convicción. Una buena comunicación ayuda a compartir valores y a generar engagement.
Como diría Stephen R. Covey, poner primero lo primero: hay que hacer para luego poder contar pero cuidado, hay que saber contarlo, cuándo contarlo y a quién contarlo. De eso nos ocupamos esos extraños seres que nos dedicamos a este apasionante mundo de la comunicación, y desde REcomunicación estamos convencidos de que hay que implicar a nuestros grupos de interés desde el principio, que hay que generar relaciones de confianza, duraderas y que, para lograrlo, la colaboración y la construcción compartida es imprescindible. Comunicación down-top frente a la top-down.
Be authentic my friend!
El Congreso Nacional de Medio Ambiente (CONAMA) ha vuelto a ser un año más, y ya van 20, un espacio de reflexión abierto que va mucho más allá de los temas exclusivamente medioambientales. Quizás por que cada vez es más evidente que hablar de medio ambiente, hablar de soluciones verdes, es hablar de la solución a muchos de los problemas a los que se enfrenta actualmente la humanidad.
Es de alabar la capacidad de sus organizadores para conseguir que cada edición de CONAMA consiga poner en su núcleo central los temas que preocupan a los ciudadanos, las cuestiones que realmente son necesarias abordar para avanzar en el desarrollo sostenible. Sin embrago, este año más que nunca, han conseguido que, en medio de una situación de crisis económica que atenaza nuestras mentes y que genera desasosiego y falta de reacción, sea un congreso de REspuestas en positivo en clave verde para salir de esta crisis. Un vendaval de aire fresco que ha convertido durante una semana a Ifema en el mejor laboratorio de ideas, de experiencias, de actitudes para salir de esta crisis, para avanzar a un cambio de modelo cada vez más necesario.
Ojala que nuestros gobernantes puedan tomar nota de las propuestas aportadas, de los debates generados y sobre todo, de la capacidad de REinventarse y de la actitud de la gran mayoría de expertos, congresistas, emprendedores y expositores que consiguieron visualizar que hay un nuevo modelo para salir de la crisis, que estamos en un cambio de época y que no sirven las respuestas del anterior modelo. Hay que aprender a aprender, hay que reinventarse continuamente y que, en momentos de cambio, es más importante la creatividad que el conocimiento. Y esto lo decía Einstein, que de conocimiento iba sobrado.
Desde Prismaglobal, hemos tenido la suerte de escuchar, compartir y aprender de algunas de las respuestas aportadas a lo largo del congreso y, sobre todo, de construir de manera compartida alguna de ellas. Un ejemplo de esto, fue nuestra Bolsa de Ideas Verdes (BIV), desarrollada junto ala Fundación Conama, una Bolsa que en sus cinco sesiones consiguió que más de 500 personas “invirtieran” más de 5 millones de “euros verdes” en 15 ideas; también diseñamos un living lab para profundizar en esa REinvención de las relaciones con nuestros stakeholders donde trabajamos una nueva arquitectura de relaciones, una arquitectura variable con conceptos claves como la escucha, la construcción compartida, la colaboración, la participación y, como no, la REcomunicación.
También tuvimos la suerte de diseñar y ejecutar el stand del Basque Ecodesign Center, que fue reconocido como uno de los 12 mejores proyectos de Conama 2012.
Casualmente en ese top 12 de los proyectos presentados en el congreso también estaba otro del que formamos parte desde nuestro paso por la Cumbre de la Tierra de Río+20: la Unión Globalporla Sostenibilidad. Un espacio para pasar del discurso a la acción y asumir nuestros propios retos ante el cambio global.
Pero, sin duda, lo mejor del Conama ha sido una vez más comprobar que, a pesar de la crisis, o precisamente por ella, somos muchos los que seguimos REinventándonos y, además, que este RE es contagioso. Nos permitimos tomar prestado el eslogan del anterior Conama para decir que ahora más que nunca la actitud RE es fundamental.
Gracias a todo el equipo dela Fundación Conama, capitaneado por Gonzalo Echagüe y Alicia Torrego, por REcordárnoslo.
En el programa de RNE “No es un día cualquiera”, cada sábado y domingo presentan a un nuevo miembro del que llaman “El club de los inquietos”. Y es que, al fin y al cabo, sentir las cosquillas de la inquietud es un denominador común de toda persona con apetito de crecimiento y mejora insaciable, y quizá “inquieto” sea un adjetivo más preciso que el manido “emprendedor”.
De tanto usar las palabras pueden llegar a desgastarse o, lo que es peor, a devaluarse. Y es que la situación de crisis económica que vive nuestra sociedad ha provocado un efecto multiplicador en los mensajes que al emprendimiento se refieren. Prender la mecha de futuras ideas de negocio es tremendamente positivo, pero como en todo, hacerlo con medida y con tiento es clave para el acierto.
¿Todo el mundo puede emprender? ¿Es lícito envalentonar y darte alas a ti, a él, a vosotras, a todo el mundo? No hablamos de negar oportunidades ni de apagar ilusiones, pero sí de dirigir los mensajes de la manera adecuada y no empleando recetas de anuncios publicitarios de electrodomésticos de los años 50 y 60 en los que todo eran brillo, sonrisas, perfección y soluciones milagrosas.
Emprender no es una meta, no es una solución mágica. Ni es la panacea ni es una vía rápida. Emprender es un camino a largo plazo que exige optimismo, reflexión, ilusión, disciplina, esfuerzo y trabajo, trabajo y trabajo; algo que nada tiene que ver con la burbuja del emprendimiento que se está alimentando y presentando a la sociedad como la solución a todos los males.
Y el antídoto contra esa burbuja del emprendimiento es la consolidación de una auténtica cultura emprendedora, basada en dos pilares fundamentales: la educación y la comunicación. De nada servirán mensajes publicitarios, noticias en los periódicos, agendas repletas de eventos de emprendimiento, ni estrategias digitales motivadoras, si en la sociedad no ha calado el espíritu emprendedor, su significado, sus ventajas y sus exigencias, sus oportunidades y sus riesgos, sus retos y sus compromisos. Tenerlo en cuenta como una opción real que contribuye a la innovación y al progreso de la sociedad, pero que exige formación, conocimiento y grandes dosis de motivación y perseverancia. No hay que temer al emprendimiento, pero sí respetarlo.
Por otro lado, el riesgo que conlleva seguir inflando la burbuja del emprendimiento es la frustración y fracaso que se genera ante el desajuste de expectativas. ¿Por qué hay que animar a emprender sin informar? ¿Por qué prometer soluciones rápidas, sencillas y rentables? Emprender no consiste en tener una idea y lanzarse al vacío. Sin reflexión, el brillo de una idea no tardará en apagarse. Es necesario analizar, estudiar, dar mil vueltas a la idea y una más. Pep Gómez, emprendedor desde los 14 y que a sus 20 dirige su cuarta empresa, dice así “Define, identifica y construye para que tu proyecto tenga éxito”. Tres pasos que van más allá de tener una idea y emprender. Salir del plano subjetivo y abrir, compartir, comunicar y analizar esa propuesta emprendedora. Y tomar esta dirección es una cuestión de actitud, tanto como autónomo como trabajador de una empresa. Emprender-intraemprender, caras distintas de una misma moneda, dos realidades de la proactividad.
Partiendo de la base de que nos encontramos inmersos en un cambio de época, que es a su vez una época llena de cambios permanentes, emprender responde a una aceptación de la necesidad de adaptación a ese cambio, pero siempre desde la reflexión que supone una toma de decisiones importantes. Y en ese proceso (constante) de adaptación al cambio, entra en juego el umbral del esfuerzo, el nivel de autoexigencia que cada uno asuma (tanto a nivel personal como profesional).
No subestimemos el significado del verbo “emprender”, y que hacerlo sea resultado de una reflexión madura, que sea una posible respuesta a multitud de preguntas previamente realizadas, y que seguiremos una vez hayamos dado ese paso adelante.
Y si hay una constante innegable a la hora de emprender es, como en la vida misma: prueba-error, prueba-error, prueba-error, prueba-error. Desde REcomunicación entendemos que parte de la clave para afrontar el cambio de época es el desarrollo de una actitud proactiva y una capacidad de adaptación constante, para entender esa “prueba-error” como un reto, como una oportunidad. Aprender a Reinventarse, a REcomunicar y a REsponder ante las dificultades desde la innovación y la colaboración.
Y como dijo Emilio Duró en la jornada central de la IX edición de Álava Emprende: “la característica común de las personas con éxito es el nivel de optimismo”. Si realmente es un elemento diferencial para tener éxito en la vida y en los proyectos emprendedores, ¿pongámonos a ello, no? Bienvenidos al Club de los REinquietos.